Estancado. A nivel general, alcanzó solo al 0,51% del total de 2,2 millones de agricultores en el país. El principal problema sería que no se implementó el programa con base en la realidad del sector, por lo que los requisitos hacen inalcanzable su acceso.
En sus 40 años de experiencia, y acostumbrado a superar las crisis anuales del fenómeno de El Niño, Oswaldo Seminario, productor agroindustrial de legumbres en el norte del país, relata que los primeros seis meses de la pandemia de la Covid-19 generaron una crisis mayor en el agro.
Y en medio de la incertidumbre a mediados del 2020, vio una oportunidad para resurgir tras el anuncio del Gobierno sobre la creación del Fondo de Apoyo Empresarial al Sector Agro (FAE-Agro). No obstante, pese a tener el sustento, el productor piurano no accedió a préstamos mediante el programa, por lo que tuvo que recurrir al autofinanciamiento.
“De una u otra manera, los agricultores excluidos buscamos financiamiento de algún lugar. Yo como agricultor cosecho en un pedazo de tierra y el resto lo alquilo. Las cajas nos ofrecen préstamos, pero fuera del programa, con tasas más altas, generalmente el programa no lo incentivan”, manifestó.
Y es que tras un año y medio, desde que se creó el programa crediticio con garantía estatal, y a menos de un mes de finalizar su periodo de vigencia, el resultado no es muy alentador.
Según datos de Cofide, al cierre del 31 de diciembre del 2021, el programa alcanzó a solo 11.300 productores agropecuarios, un 4% del total de 270.000 que se esperaba beneficiar. Y si se hace un cálculo general, el alcance fue de apenas 0,51% del total de 2,2 millones de agricultores que hay en el país.
Así, desde sus inicios, el FAE-Agro ha asignado S/ 192,5 millones en garantías, cuando el fondo total disponible es de S/ 2.200 millones (ver infografía). Lo que significa un avance de 9,6% en términos monetarios.
Factores del fracaso
En julio del 2020 se creó el programa con el fin de dar liquidez inmediata a los productores para que puedan salvar la campaña agrícola. Sin embargo, en su primera versión, hubo requisitos que luego tuvieron que ser modificados porque no iban en línea con la realidad del sector.
La última subasta que convocó Cofide para asignar los fondos fue en agosto del 2021. Es decir, en los últimos 7 meses el programa quedó estancado. Esto, pese a que en setiembre se hicieron ajustes para mejorar el alcance, como permitir la participación de Agrobanco.
Para Clímaco Cárdenas, presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), el problema recae en que no se ha podido generar las condiciones de cómo llegar al agricultor y darle facilidades para que pueda ser beneficiario.
“Nuestra conclusión es que termina siendo un fracaso más de las políticas de los gobiernos. Cuando se emite algún tipo de programas, principalmente funcionarios del Ministerio de Economía razonan fuera de la realidad de la agricultura nacional. Por eso piden requisitos fuera del fin para acceder, el ejemplo más claro es la falla del FAE-Agro”, apuntó, y agregó que este programa lo implementaron copiando la estructura del Reactiva Perú, cuando la naturaleza es totalmente diferente.
En eso coincide Gerardo Freiberg, ex gerente general de Cofide, quien resaltó que el tratamiento debió ser especializado, al ser el sector agrícola un rubro particular en el que las ventas no son diarias ni mensuales, sino que se manejan por campañas trimestrales o semestrales, y que hay factores externos que pueden afectar las cosechas (con ello las ganancias).
Freiberg comentó que en Cofide hace un año se estaba elaborando un modelo diferente al FAE-Agro, que contemplaba las características naturales de financiamiento y traslado del costo de dinero.
El dato
Mayor información. Jorge Delgado, presidente de Asomif, resaltó que una de las dificultades es la poca información que se tiene del sector agrario. Cabe precisar que el último censo agrario fue en el 2012.
Reacciones
“Son muchos requisitos los que piden. Desde títulos de propiedad, que generalmente solo tienen los grandes productores. Es complicada la documentación para acceder al FAE-Agro, para un pequeño agricultor no funciona”.
Oswaldo Seminario, productor de Piura
“Lo que se debe hacer es diseñar un producto un poco más complejo, que le ofrezca al agricultor ese tipo de financiamiento especializado, no el tradicional bancario al que acceden otras industrias de negocio más concreto”.
Gerardo Freiberg, ex gerente general Cofide
Fuente: La República