Escrito por:
Giovanna Vásquez Luque
David Berrocal Chipana
“Las comunidades [campesinas] aportan a la seguridad alimentaria del país, y no siempre son suficientemente reconocidas, al contrario, este aporte es premiado con malos precios, relaciones desiguales con el mercado, inestabilidad, fata del apoyo por el estado, etc.”, resaltó Alejandro Diez, antropólogo, docente e investigador – PUCP, ponente invitado por Conveagro.
Con la finalidad de analizar y reflexionar sobre la realidad de las comunidades campesinas hoy, las cuales existen, pero siguen ignoradas por las políticas públicas e inversión estatal, desde Conveagro se realizó la “Semana del Campesino y la Campesina”, la cual enmarcó diversos eventos presenciales y virtuales desde el 19 al 23 de junio.
Comunidades campesinas: aliadas olvidadas por el Estado
El rol económico que cumplen las comunidades campesinas es esencial para el desarrollo del territorio rural; ya que, en el Perú existen más de 6600 comunidades campesinas según el Censo de Comunidades Campesinas del 2017, ubicadas principalmente en Puno (1,352), Cusco (969), Ayacucho (704) y Huancavelica (672); y su labor y esfuerzo se ve reflejado en las actividades productivas o empresariales como agrícolas (6 mil 414 comunidades), pecuarias (5 mil 9), artesanales (1 mil 544), etc.
“A pesar de su presencia en el mundo rural; el Estado no ha respondido institucionalmente a las demandas de su agenda. El desarrollo de políticas públicas es limitado. La Dirección de Desarrollo de Comunidades Campesinas, Nativas y de Gestión Social, la cual surgió en base a la presión de Conveagro, luego del paro agrario del año 2019”, resalta Giovanna Vásquez, gerenta de Conveagro. Esta dirección tiene, entre sus funciones, el fortalecimiento de las capacidades de las comunidades, la promoción de la participación de las comunidades de manera activa, y el fomento de la cooperación entre los organismos públicos, privados no estales. “Estas funciones son limitadas para trabajar e incorporar a las comunidades campesinas en el Estado no se han diseñado intervenciones que fortalezcan su rol económico desde el sector”, concluyó.
Afrontar el cambio climático y la crisis alimentaria
Para Alejandro Diez, antropólogo, docente e investigador de la PUCP, las comunidades campesinas gestionan los recursos naturales y, en esa medida, son el espacio de defensa de estos ya que buscan las mejores opciones para beneficiarse de ellos sin sobreexplotarlos. Durante su ponencia en nuestro TwitterSpace: El aporte económico de las comunidades Campesinas en el Perú, el especialista aseguró que es clave esta defensa porque en el actual contexto de cambio climático, las comunidades trabajan en la defensa de un ambiente adecuado para las futuras generaciones.
Así mismo, la actual crisis alimentaria afecta a la población urbana, pero con mayor severidad a la rural. Diez señala que durante la pandemia el rol de las comunidades campesinas se hizo visible, sirvió de refugio a los migrantes que en las ciudades tuvieron dificultades para sobrevivir. En suma, las comunidades campesinas y su organización generan condiciones para proteger a sus integrantes, son quienes proveen de mano de obra y son también un espacio de riqueza cultural que no es lo suficientemente valorado.
Si quieres escuchar nuestro TwitterSpace: El aporte económico de las comunidades Campesinas en el Perú, dale clic AQUÍ.
Voces de mujeres campesinas
Durante la semana, se realizó también el Foro: Mujeres Las Mujeres de Comunidades Campesinas y su aporte al Desarrollo Rural, espacio donde se expresó la necesidad continuar con la industrialización, generar empleos para evitar la migración y el liderazgo y futuro de las mujeres campesinas. “El trabajo productivo de campo no solamente debe cerrarse en los varones, sino que nosotras como mujeres salgamos de ese espacio que muchas veces nos han limitado a cumplir labores domésticas; es decir, pasar a tener un protagonismo más amplio, teniendo también labores productivas y económicas”, Cecilia Mendoza.
La posibilidad de generar empleo ha permitido, según las experiencias de las participantes del Foro, que se vayan generando empleos que sean atractivos para los y las jóvenes y evitar la migración a la ciudad en búsqueda de otras oportunidades laborales. Una muestra de esto fue la experiencia que nos compartió Doris Obregón, presidenta del Comité de Mujeres de la comunidad campesina de Rocchac, Apurimac:
“Poco a poco hemos ido mejorando lo que es la crianza de cerdos, ya también como organización juvenil, nuestra mentalidad era generar empleos porque hay jóvenes que migran a la ciudad en busca a oportunidades mejores. Y con ello generar un ingreso para otras personas y así hemos empezado y participamos en ferias […]. Actualmente la participación de las mujeres en la asociación es del 70%.”
A pesar de los esfuerzos realizados, la realidad de la mujer campesina aún está lejos de ser equitativa y contar con igualdad de oportunidades para todas. Fany Yauri, coordinadora APRODEH Huancavelica e Integrante del Colectivo por la Igualdad, resaltó en base a su experiencia que “la mujer alpaquera se encuentra entre los grupos de mayor vulnerabilidad en nuestro país, no solo por la pobreza, sino también por la desigualdad, las duras condiciones climáticas en la que vive y el muy limitado acceso a servicios del Estado. Desde hace muchísimos años, se ha venido señalando que no hay políticas públicas a nivel local, regional y menos nacional que sean capaces de sostener a nuestras alpaqueras.”
Si quieres escuchar el Foro: Mujeres Las mujeres de comunidades campesinas y su aporte al desarrollo rural, dale clic AQUÍ.
Frente a estos escenarios analizados y debatidos, es clave pensar en el futuro de las comunidades campesinas y su agenda en los nuevos escenarios considerando la diversidad de actividades que desarrollan y su evolución. Ya que desde sus manos nacen los alimentos para todos los rincones del Perú.