Escrito por Giovanna Vásquez, gerenta de Conveagro.
Frente a la ausencia del Estado, ¿qué acciones y/o estrategias realizan las comunidades para fortalecer a sus propios miembros? Un ejemplo son las y los Yachachiqs (‘el que tiene saberes y hace que otro aprenda’ en quechua), capacitadores campesinas y campesinos, quienes usan la metodología de “aprender haciendo” para afrontar el olvido del Estado en términos del acompañamiento productivo en las parcelas. Una capacitación de “campesino a campesino”.
Ellos forman parte del estudio “Invertir en hogares rurales a través de promotores comunitarios”, presentado el 15 de agosto por la FAO. Esta interesante investigación plantea un aspecto que, por más que parezca evidente, no lo es al momento de la aplicación de las políticas públicas. El centro de toda intervención son las personas, el gran reto para el aparato estatal.
El estudio presenta el desarrollo del programa Haku Winay, implementado por FONCODES. Intervención que surgió en la cuenca de Jabonmayo (Canas, Cusco) con la participación de la población de sus comunidades. Una muestra de la capacidad de la sociedad civil y los gremios de campesinos en el diseño de las políticas públicas para trabajar el desarrollo rural.
Además, visibiliza a las comunidades campesina como un actor clave, que se presenta como instituciones con presencia territorial, pero con un rol económico y político desaprovecho por las intervenciones estatales.
La propuesta de programa permite el ingreso a los hogares para convertirlos en espacios que cuiden la salud de los integrantes de la familia. Esta es una posibilidad importante para la implementación de estrategias que transversalizan el enfoque de género; por ejemplo, con el trabajo alrededor de los roles en el desarrollo de las labores domésticas porque, como la evidencia indica, las mujeres son pobres de tiempo.
Así mismo, es muy importante analizar las tipologías de familias que existen en los territorios rurales. La evidencia indica la presencia mayoritaria de las mujeres en los espacios rurales, quienes no acceden a políticas públicas que reconozcan sus potencialidades y situación de partida.
Finalmente, promover la participación efectiva de mujeres en los programas de asistencia técnica y en el impulso de emprendimientos exige el debate de políticas del cuidado con enfoque intercultural, sin ello, el resultado será la recarga de actividades en la vida de las mujeres. Entonces queda claro que el debate sobre cuidados, debe ser uno de los temas centrales para la promoción del desarrollo económico en los territorios rurales.
Para acceder al estudio, dar clic AQUÍ.